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Cómo gestionar las emociones

Se habla mucho de la gestión emocional, desde pequeños ahora tenemos un rincón para pensar en las emociones dentro del aula, va evolucionando y muchos adultos buscan los libros de autoayuda cuál es la mejor manera y las diferentes formas para gestionar las propias emociones , ya veces las de los demás.

Valoro mucho las iniciativas que se hacen desde las escuelas, a veces también desde las redes y los libros o cuentos infantiles, pero si bien son muchas ideas interesantes y superbuena, deben venir acompañadas. El acompañamiento debe ser desde la familia, somos nosotros como padres, o las personas adultas que tengan más cerca, aquellas que debemos ayudar a gestionar las emociones.

Empezamos para aprender a validar las emociones de los demás, que tú no te sientas mal por una situación o te parezca absurda, ridícula o incluso naïf, no quiere decir que a la persona que tenemos delante no le esté afectando, por tanto treiem- nos de la cabeza que hay personas con preocupaciones importantes y otros no.

A menudo invalidamos las emociones de los demás y hacemos sentir de esta manera que no son importantes y que lo que ellos piensan no tiene ningún valor. Alguna vez os han dicho «va, venga, no pasa nada», o «ya está» o incluso una de mis preferidas «se llora por cosas importantes, no por ello». Son diferentes maneras de invalidar las emociones, cómo podemos entonces aprender a gestionar lo que nos pasa emocionalmente si ni lo deberíamos sentir?

Pensamos pues al intentar aceptar que tenemos emociones, dar nombre a estas emociones, aceptamos que están y entonces igual podemos hacer algo para gestionarlas mejor.